Plan Integral de Transporte

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Por Jesús Padilla Zenteno* ⁄ FOTO: Ixbalanqué Danell Pérez

La Nueva Norma Emergente que entra en vigor este primero de julio trae consigo aristas negativas y positivas. En Coparmex-CDMX estamos a favor de construir mejores regulaciones que permitan ayudar al medio ambiente y favorecer el desarrollo económico del país. Si estas medidas, además, restan espacio a la corrupción, son bien recibidas desde el sector empresarial.

No obstante, nos preocupa el impacto económico que tendrán sobre la economía de las empresas, puesto que cualquier inversión no programada, en este caso en equipos de transporte para las flotillas, generará descontento en el sector.

Si bien la medida ayudará a disminuir la contaminación, requerirá inversiones de capital a las empresas que deberán poder financiarse con tasas competitivas. Por tal motivo, desde Coparmex-CDMX convocaríamos al Gobierno federal y en específico a la Secretaría de Economía para que lancen un programa de acompañamiento a fin de promover con las agencias automotrices mejores tasas de interés para las empresas que decidan renovar sus flotillas.

Así también, solicitaríamos a la Secretaría de Hacienda un esquema de incentivos fiscales para que esta inversión inesperada se convierta en aliciente para los empresarios y no en una carga económica mayor.

Es indispensable encontrar mecanismos alternativos en tanto la depreciación de las unidades de transporte permite su remplazo; generar programas de subsidio a transporte público para las personas de escasos recursos y hacer una nueva revisión tarifaria acorde a las necesidades de la Ciudad de México.

No podemos arriesgar la competitividad del país, ni restar movilidad a las empresas, necesitamos que ocurra la transición pero que se dé gradualmente con el acompañamiento del sector empresarial.

Urge también trabajar seriamente en un Plan de Transporte Integral, donde el transporte público sea de calidad y eficiente, bajo economías de escala y esquemas empresariales, para superar el modelo hombre-camión que ha demostrado poseer las flotas de mayor antigüedad y, por tanto, las más contaminantes.

Aunque la nueva regulación promete reducir los espacios de corrupción a través de la verificación con los Sistemas de Diagnóstico A Bordo, aún queda una brecha de opacidad y corrupción para los Verificentros.

Desde Coparmex-CDMX nos preocupa que la nueva reglamentación aún contemple los esquemas de prueba estática, donde la revisión se hace de forma visual a partir del humo que generan los automotores y la Prueba de Opacidad, donde se mide la absorción de luz y opacidad que emiten los escapes en vehículos a diésel.

Ambas medidas dejan la decisión de quienes deberán circular en la opinión del personal que llevará a cabo la revisión. Aun cuando sea personal calificado se abre una gran puerta a la corrupción, puesto que no hay mecanismos claros, ni límites, ni mediciones precisas, definidas en la ley en cuanto a estas normas que se aplicarán sobre los vehículos de mayor antigüedad.

La participación de las Agencias Automotrices como competencia directa de los Verificentros podría incentivar la incorporación de mejores tecnologías para la verificación de automóviles y en cierta medida combatiría los espacios de corrupción. Sin embargo, se deben establecer mecanismos más precisos de vigilancia para los vehículos que no pueden ser revisados por dinamómetro o Sistemas de Vigilancia A Bordo.

Por otra parte, también queremos insistir en que la Nueva Medida no será suficiente si no se incentiva la inversión en transporte público y se complementa con programas de reforestación y recuperación de espacios públicos para que las ciudades tengan mayor calidad y mejores condiciones de vida para sus habitantes.

La nueva medida podría incentivar la compra de automóviles nuevos, principalmente eléctricos e híbridos, que circularán sin restricciones; si bien beneficia a la industria automotriz, podría generar mayor tensión al congestionamiento de la Ciudad de México, muy lejos de propiciar una mejor movilidad para el Valle de México pues un aumento de parque vehicular redundará en menores velocidades de desplazamiento.

Ante este panorama debemos observar el ejemplo de China, donde el boom por los automóviles eléctricos se tradujo en altos niveles de congestionamiento y no resolvió el problema de contaminación ambiental. Actualmente esta nación se mantiene como una de las más contaminadas del mundo.

La situación económica de un alto porcentaje de habitantes de la zona metropolitana no les da para la compra de nuevos vehículos; es probable que recurran a la adquisición de 2 vehículos con holograma 2, lo que a su vez aumentará los niveles de congestionamiento y contaminación ambiental.

Por ello, insistimos en que la medida tendría que venir acompañada de una fuerte inversión en transporte público, eficiente, eficaz, suficiente para la población y un Plan Integrado de Transporte, que considere conexiones, intermodalidad, desarrollo urbano y las diferentes regulaciones que ya existen para el transporte.

Al respecto, insiste en que “la participación de las Agencias Automotrices como competencia directa de los Verificentros podría incentivar la incorporación de mejores tecnologías para la verificación de automóviles y en cierta medida combatiría los espacios de corrupción. Sin embargo, se deben establecer mecanismos más precisos de vigilancia para los vehículos que no pueden ser revisados por dinamómetro o Sistemas de Vigilancia A Bordo”.

Finalmente, Coparmex-CDMX solicita al gobierno de la Ciudad no dejar de considerar la revisión a fondo de las fuentes fijas de contaminantes, que según el inventario de contaminantes afectan en grandes proporciones la calidad del aire.

*Presidente COPARMEX Ciudad de México

@JPadillaZ, @Coparmex_CDMX

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