Conmemoración para el olvido, o mejor desafiar como Henry

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Planeteando

Por Francisco Vázquez Salazar ⁄ FOTO: Ixbalanqué Danell Pérez

Por el suelo hay una compadrita
que ya nadie se para a mirar
por el suelo hay una mamacita
que se muere de no respetar
patchamama te veo tan triste
patchamama me pongo a llorar…

Fragmento de la canción “Por el suelo”, de Manú Chao

La conmemoración del Día Mundial del Medio Ambiente ha pasado de noche este año en México, entre el fútbol por la Copa América Centenario y las votaciones en 12 estados y la ciudad capital, principalmente.

Pocos especiales se vieron en los medios impresos e internet estuvo más ocupado en otras cosas, restando importancia a la celebración de este día que data de 1972, cuando la Organización de las Naciones Unidas (ONU) decidió instituirlo para crear conciencia en la población acerca de la preservación y el cuidado medioambiental.

Cuarenta y cuatro años después los saldos son más negativos que positivos, con un planeta cada vez más contaminado y con menos agua potable, selvas, bosques y ecosistemas originarios, todo gracias, en mucho, a la acción del ser humano. Nada qué celebrar.

Por eso se hizo viral hacia unos días el llanto de un niño por ver cómo al planeta se lo está llevando el carajo.

La madre del pequeño Henry Marr, de seis años de edad, decidió subir a Facebook la escena en la que su hijo llora desconsoladamente en el auto familiar, luego de salir del colegio, por el daño que los adultos han causado al medio ambiente.

El llanto es intenso como lo es la razón que lo origina. “Este planeta está siendo arruinado. La gente es mala con él. La gente bota basura al suelo, corta árboles, convierten los bosques en lugares, en caminos. Tienen que pensar en lo que están haciendo, en lo que le están haciendo a los animales. Están siendo muy malos”, dice el niño, conocido ahora como “Henry el ecologista emocional”, oriundo de Mount Vernon, Washington.

En un momento del video, el niño dice que va a enfrentar a quienes lastiman al planeta, sus animales y bosques, y pide ser ya un adulto para poner manos a la obra; de momento, quiere ir a Little Mountain y hacer uso de su silbato para contener a los depredadores.

Un niño, seis años, y el planeta rodando. La conmoción de Henry es la misma que debiéramos sentir las personas que nos decimos conscientes y que definitivamente dependemos del equilibro de nuestra casa común para sobrevivir.

Generalmente, en una familia urbana –donde más daño se ha estado haciendo al medio ambiente-, cuando se va a dejar a los hijos a la escuela, o por ellos, se hace en un vehículo, de prisa, hablando de los incidentes de la casa, de la rutina, de temas que están a la mano, y poco se profundiza en asuntos de fondo.

La madre de Henry, tras recogerlo en el colegio, parece que puso toda su atención para atender la inquietud de su hijo, seguramente luego de que el tema fue tratado en clase y porque el niño, por lo visto, ha tenido nociones de la depredación humana y el necesario cuidado ecológico. Y en un acto honesto, grabó al pequeño y subió el video a su red social cuyo fin es ese, compartir mensajes de alto grado de interés sobre los que queremos llamar la atención y apelar a comportamientos afines. Y lo logró, el material corrió como pólvora, aunque de eso a que un usuario salga de su lamento y barata emoción para arremangarse y poner manos a la obra hay mucho trecho.

Si Henry se entera que en ciudades como la nuestra (la CDMX) fueron entubados ríos, disecados cuerpos de agua y talados grandes extensiones de bosques o zonas de árboles para ensanchar la mancha urbana seguro no le alcanzaría el llanto para lamentarlo, y menos las groserías que, como lo dice en el video, quisiera usar para recriminar a los hombres y mujeres lo mal que se están portando con el planeta.

Pero mientras algo como eso sucede, recordemos que este 5 de junio fue, otra vez, el Día Mundial del Medio Ambiente, que según la ONU “tiene como objetivo inspirar a más personas que nunca antes a tomar medidas para evitar que la creciente presión sobre los sistemas naturales del planeta Tierra llegue a su límite”.

“El tema de 2016 es la lucha contra el comercio ilícito de fauna y flora silvestres, que erosiona la preciosa biodiversidad y pone en peligro la supervivencia de los elefantes, los rinocerontes y los tigres, así como muchas otras especies. También socava nuestras economías, las comunidades y la seguridad. El lema de este año «Vuélvete salvaje por la vida» (Go Wild for Life) te anima a difundir la información sobre los delitos contra la naturaleza y el daño que hace, y a desafiar a todos aquellos a tu alrededor para que hagan todo lo posible para evitarlo”, se lee en su portal en español.

He ahí la invitación de la ONU, aunque, en la capital mexicana, aquí sigamos batallando con el aire que respiramos, nada menos.

Aquí el video de Henry Marr para condolernos con él:

http://www.eiveotv.com/2016/06/nino-llora-por-dano-al-medio-ambiente.html#


fvs10@hotmail.com

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